la tribuna
enero 30 de 1965

Suplemento dedicado a la Ciudad de Haedo


Haedo ciudad

En distintas ediciones LA TRIBUNA ha reflejado el progreso y el dinamismo de las localidades que forman el Partido de Moron. Hoy nos dedicamos a Haedo, que rivaliza con Moron en pujanza, y para cuya declaracion como ciudad ya hay criterio hecho en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires.

En marzo de 1886 -pronto va a hacer 80 años- el gobierno provincial dicto un decreto disponiendo que la nueva estacion del Ferrocarril Oeste, entre Ramos Mejia y Moron, llevara el nombre del primer director de ferrocarriles, D. Mariano J. Haedo. La estacion inaugurose el 1 de agosto, y esta es la fecha del nacimiento de Haedo como poblacion. Trece años mas tarde, en 1899, se inaugura la Iglesia Parroquial de la Sagrada Familia.

Desde hace un cuarto de siglo, el progreso de Haedo se evidencia a traves de su extraordinario crecimiento demografico y edilicio, y el surgimiento de nuevos barrios -Villa Rivadavia fue el primero; luego Villa Estruga, La Rotonda, B. Gaona, La Rural, Barrio Guemes-, que asumieron sus propias caracteristicas y desenvolvimiento.

La parroquia de Santiago Apostol sirve, desde hace mas de diez años, las necesidades espirituales de Haedo Norte. Once escuelas primarias, encabezadas por las Nros. 8, 16, 23 y 29 en lo oficial y por Corazon Eucaristico de Jesus en lo privado, proveen a la educacion elemental; ademas funciona la Escuela Municipal de Orientacion Profesional, ejemplar institucion que cumple altos fines, y varios establecimientos privados.

Las Sociedades de Fomento desarrollan su actividad en Barrio Guemes, Estruga, Rotonda, Villa Rivadavia, B. Gaona, siendo su numero de 17, solo en Haedo.
En cuanto a los clubes, Sportivo Haedo es el mas importante, siguiendoles en orden Brisas del Plata que es el decano, El Trebol, Haedo Juniors, Mariano Moreno, La Candelaria y la Sociedad Italiana de Haedo Norte.

El importante y numeroso gremio ferroviario tiene en Haedo instaladas, desde hace muchos años, sendas secciones de La Fraternidad y de la Union Ferroviaria.

 


El Intendente

El Sr. Cayo Eliseo Goria elegido Intendente de Morón como resultado de los comicios de julio de 1963. En el desempeño de su no siempre fácil función, ha debido afrontar numerosas situaciones complicadas, de las que no han sido las menores las que le han creado algunos de sus correligionarios políticos Sin embargo, demuestra ser un buen piloto de tormentas, y mantiene sobre todo un concepto fundamental para quien debe desempeñar su cargo; hay criterio hecho sobre la corrección de sus actitudes, y gobierna en un plano respetuoso que arrima constantemente consideración a su persona y autoridad a su poder. Vecino de Haedo desde hace varios años, su palabra no podía faltar en este número.

 

Intendente C. E. Goria
para «La Tribuna»

Saludo alborozado al Pueblo de Haedo, a sus hombres, a sus instituciones, a su industria, a su comercio, a su vida cultural, a todos los que con su quehacer hicieron posible la Ciudad, fruto de su esfuerzo y desvelos. Resultado de una constante, activa y fecunda actividad que rememora a un hombre de trabajo, don Mariano J. Haedo, como un símbolo pasado, presente y futuro.

Que la marcha del progreso prosiga sin pausa, así pujante y floreciente como ahora y en todos sus órdenes, para bien de la comunidad y de la Patria.
¡Pueblo y Gobierno, de pie ante la nueva Ciudad!

(Fdo.) Cayo Eliseo Goria
Intendente Municipal

 


Nueve lustros en el recuerdo
Por Jose Murias

 

José Murias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Corría el mes de diciembre de 1919 cuando mi familia resuelve instalarse en Haedo. Del barrio porteño de Caballito donde vivíamos, un cambio de aires para la precaria salud de mi madre obliga el traslado. Y no estuvo desacertado el consejo médico; mejoró mi progenitora y por largos años tuvimos la dicha mi padre y los nueve hermanos Murias -¡ah, tiempos de las largas familias!- de tenerla a nuestro lado.

Aquí en Haedo arrendamos la quinta del ex intendente municipal de Morón don Martín Carrere, situada en la calle Constitución donde ahora funciona el club Brisas del Plata, hasta tanto nos construyeran en solar propio la enorme casona solariega «La Encarnación» -nombre de mi madre malagueña- que fuera de nuestras travesuras infantiles e inquieta juventud.

Cerca de la quinta Carrere, en la calle Las Bases y a pasos de Rivadavia, vivía por aquellos tiempos el Dr. Ernesto C. Boatti, casado hacia poco con la joven Haydee Ossorio Arana, de mentada belleza e integrante de una antigua y conocida familia moronense. Ocupaba el nuevo matrimonio la finca «El Sixto» -que se conserva hoy como entonces-, y allí vivió desde el año 1918 al 21, para trasladarse luego a la ciudad de Morón, en que fijó residencia definitiva. En Haedo, la conducción de la militancia radical era compartida por varios hombres de indudable arraigo popular. Preferentemente me vinuculé con tres de ellos: Carlos Pagani y Benito Vaccaro, ferroviarios ambos, desaparecidos ya; y el Dr. Norberto F. Devoto, joven odontólogo establecido en la calle Rivadavia, donde en una casa modificada más tarde, atiende aún su consultorio.

Mis dolencias dentales me llevaron hasta el sillón profesional de este; y fue allí donde las arraigadas y entusiastas convicciones políticas del Dr. Devoto decidieron mis preferencias en la materia, estrechamente compartidas más adelante con el Dr. Jerónimo L. Fasola, de inagotable bondad humana, médico filántropo querido por todo el mundo, hombre de recia fibra correntina y político de integridad moral sin resquebrajaduras.

Con él y tantos amigos estuvimos unidos en los avatares de la militancia, con episodios como el de las descargas policiales que soportó nuestro subcomité de Haedo el 3 de noviembre de 1935, día en que cayó abatido para siempre en suceso semejante en la vecina localidad de Villa Sarmiento, el joven correligionario Adolfo Cousandier. Lo despedí al día siguiente en la Recoleta, estando presente el Dr. Marcelo T. de Alvear.

Aquí en Haedo, en vísperas de ese día de «elecciones», recuerdo que sostuvimos un ardoroso tiroteo con gente del conservadorismo, y en el que los fogonazos de las armas iluminaron una noche la calle llamada Segunda Rivadavia, paradójicamente entre las de Fraternidad y Armonía.

Al Ing. Boatti, que como dije antes vivió en Haedo, comencé a tratarlo allá por 1926, hasta que en 1932 y entendiéndolo como un insigne honor que me brindaba el "escalafón" partidario, ingresé al comité Central que él presidía, perdido entre los vocales de una lista que llevaba el nombre de 24 candidatos. Fue el 25 de noviembre de ese año, según testimonio de un ejemplar impreso de la nómina triunfadora que guardo celosamente.

Allí lo conocí más de cerca al Ing. Boatti. Allí supe de los valores intrínsecos de un hombre de lucha que ponía al servicio de su orientación democrática no sólo la voluntad del dirigente, sino también el caudal de una cultura de excepción, aparente dualidad que no era tal, sino la expresión espontánea de su temperamento que ansiaba contribuir a la elevación popular llevando al conocimiento y a la sensibilidad de la mayoría la conciencia de sus propias posibilidades.

Hay hombres que ordenan y hay otros que deciden a los demás. Los primeros necesitan poder de dominación y desprecio de asimilación. A los segundos sólo les hace falta autoridad moral para hacerse creer y confianza respetuosa en los que han de creer. Ernesto C. Boatti era de los hombres que deciden a los demás. En donde él estaba, estaba el juicio limpio y la intención honrada. Con hombres como Boatti se hizo y se salvó el radicalismo en sus horas de mayor peligro. Con hombres que solamente ordenan, se extravían y se dislocan las agrupaciones políticas.

Boatti, cuando estuvo en la cumbre, fue generoso, conciliador, cordial, caballeresco, accesible siempre; cuando le tocó atravesar -por días y por años- la impiedad del dester [..] del desier, de su agua. Pasó indiferente, sin soberbia, con naturalidad sufriendo humanamente, como si nada se le hubiera ofrecido.

De él sí que pudo decirse: para las voces de la tentacion fue sordo y para los espejismos de la sed un peregrino ciego...

Mas apartemos su sombra melancólica, que suele cubrir mi espíritu, y volvamos a las remembranzas de Haedo, de aquel Haedo al que resulta difícil dibujar en lontananzas, entrecerrando los ojos, frente al Haedo de hoy.

Toda la gama de colores y de matices esta cambiada. Aquel pasado en que al forastero preguntón se lo orientaba solicitandole el nombre de la persona buscada y no el de la calle, ahora es casi un absurdo. Ni por rara casualidad puede acertarse.

Eran los tiempos del buenos dias obligados entre dos personas que se cruzaban. El de los paseos por el anden ferroviario a la caída de la tarde de los domingos; y el de los breekes de alquiler o particulares -los de las familias bien- que esperaban en la estación.

Eran los meses -septiembre de 1927- en que con don Vi [...]

 


Historia y anecdota de Haedo
Por el doctor Norberto P. Devoto

 

Norberto Devoto

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El doctor Norberto P. Devoto es una historia viviente de Haedo, en la que estudia y escribe permanentemente, a traves de la cronica y la anecdota, siempre interesantes en su facil pluma. El doctor Devoto ha sido un luchador esforzado del radicalismo de Haedo, en cuya representacion ocupo importantes funciones publicas, y fue candidato a altos cargos. Disfruta de bien ganados prestigios en esa localidad, donde vive desde hace mas de 50 años. Casado con doña Emilia Ruffini, tienen tres hijos de los que legitimamente se enorgullecen; Francisco Cesar Hipolito, dentista como el padre y ademas medico y profesor universitario; Angelita, estudiante de Filosofia y Letras, y Emilia, de Ciencias Naturales.

Cuando se sale de Buenos Aires hacia el oeste, por la calle Rivadavia y cuando esta calle se ha despegado del ferrocarril, se han recorido 18 kilometros. Ahi esta Haedo. Hasta hace cincuenta años, esto no era sino campo en el que pastaban vacas y caballos y al que llegaban, por el Este, las ultimas quintas de Ramos Mejia, y por el Oeste las primeras de Moron.

Pocas son la noticias que se tienen de estos lugares, pero aqui esta el infalible viajero ingles que, como Darwin o como Muster, nos dara algunas noticias.
son los hermanos Miguel y Eduardo Mulhall en su libro titulado "Manual de las Republicas del Plata", que recorrieron el pais en 1875, quienes nos dan algunas noticias.

Al tratar de Moron y despues de dar sus datos estadisticos nos dicen que eran lugares muy sanos, recomendables por lo seco del clima para las enfermedades del pulmon, que eran lugares de veraneo y que producian entre otras cosas "unas peras tan afamadas como las de Montevideo".

El origen de Haedo lo determino el nacimiento del ramal a La Plata construido en 1887. Su nombre, Mariano Jose Haedo, el del presidente del primer directorio del Ferrocarril Oeste cuando era de la provincia.

Sus tierras fueron hornos de ladrillos, graserias, fabricas de achicoria, de alcohol, en fin, las incipientes industrias de la tierra argentina.

Todavía hace algunos años se veían los surcos de las últimas cosechas de maiz, realizadas en estos terrenos antes de fundarse el pueblo.

Las primeras poblaciones ya no existen. Fueron edificios de ladrillo a la vasca y barro, techos de teja media caña, sin revoque, de paredes muy anchas y dispuestos en forma de fácil defensa, tal como se las ve hoy en las aldeas españolas.

El origen de estos edificios debió ser cercano a la fundación de Buenos Aires por los tiempos del primer gobernante criollo en el Rió de la Plata, el fundador de Morón, don Hernando Arias de Saavedra, llamado Hernandarias poco despues de 1600.

En los cimientos de uno de estos edificios, comprobando mi aserto, he encontrado un hacha de origen español que obra en mi poder. Este edificio estaba situado en medio de la calzada de lo que es hoy la calle Maipu al numero 50, que fue demolido en 1904 mas o menos. Tenia huerta adjunta, estaba cercado de tunas, pitas y hierros viejos; además, al lado de los boquetes que hacían de ventana, había pozos ciegos. Todo esto, con su entrada curva, hacían del edificio una pequeña fortaleza. Es de suponer que este cercado debió ser construido antes de la introducción del alumbrado al país, cosa que ocurrió alla por el año 1870.

Conocí también ruinas en la calle 11 de Septiembre. Otro edificio interesante era el llamado el Descanso, en la calle Rivadavia y Segundo Sombra, hoy demolido. Era de construcción antigua, fue lugar obligado de transito, fonda de vascos "La Lechuza", con corrales para hacienda y tropas de caballos que transportaban leche en arganos. Paraban también carretas de bueyes que fletaban de lejos, caros¿ de caballo; todo a causa de los pocos ferrocarriles. Por ahí debió pasar Rosas despues de Caseros, pues es el camino de las tropas que conduce al hueco de los Sauces, actual Plaza Garay. La fonda de "La Lechuza" fue asaltada en los dias de la Revolución del 93.

Otro edificio antiguo existió en el campo de Guemes, a unos 200 metros al norte del camino real. Este campo abarcaba hasta los montes de Martínez de Hoz y de Locroze, ocupando parte de los que es hoy Villa Sarmiento o sea La Catanga. Este edificio tenia planta baja y un alero sobre el que estaba edificado un cuarto alto que tenia en el piso una tronera que daba adelante de la puerta de entrada de la casa. Por esta tronera se pasaba el caño del fusil, para el caso de que algún asaltante quisiera echar la puesta abajo, lo que hacían los ladrones con el anca del caballo. La pieza alta tenia agujeros a los cuatro vientos para tirar a los cuatreros que robaban y carneaban ajeno.

Sobre el camino real existió la quinta de los generales Brizuela y Masariego, querreros del Paraguay. Era un edificio circular almenado, con gran patio interior y fue demolido ultimamente.

Otro edificio antiguo fue el rancho típico español de ladrillos a la vasca sin revoque en la calle Industria. Así como los de la estancia de don Julian Pereira, que desde los campos de don Justo Villegas en los Matanzas llegaban hasta paso Morales sobre el río Las Conchas. Estos campos fueron despues de los Benguria, Lynch y Zorraquin, descendientes de los Pereira.

Cerca del Palomar, frente al campo del General Roca y que este dono despues para el Ejercito, donde esta hoy la aviación, existió un rancho al que según don Martiniano Leguizamon, concurría el Ilustre Restaurador Rosas en sus visitas al Palomar de Caseros, y como era amigo de los dueños de casa se quedaba a tomar allí mate por las tardes. A principios de siglo existía aun. Tenían las paredes una gran grieta y oí decir que en esta casa se había escondido Rosas despues de la batalla de Caseros.

En este lugar construyo Roca un edificio que esta aun sin concluir y que queda en el ángulo sudeste en el campo de aviación de El Palomar.

Dice Leguizamon que a la caída de la tarde del 2 de febrero de 1852 Rosas, desde lo alto de la casa del seņor Caseros en El Palomar, y con anteojos de larga vista, miraba a las fuerzas de Urquiza atravesar el puente del camino de Gauna sobre el arroyo Morón. Estas fuerzas acamparon en la noche antes de la batalla en el campo de Aurora Pueyrredon, en lo que hoy es Haedo.

El limite norte con El Palomar no esta bien definido. Por estos lugares se encontraba hasta hace poco el edificio de la Atahona, testigo de la batalla del 3 de febrero. Mas al sur esta la casa solariega de los Ramos Mejia, hoy ocupada por el Club Tiro al Segno. Aquí fue donde Rosas recibió a Quiroga.

Cuadro característico de la época: hacienda chucara, reseros con sus gritos y alaridos, carretas con tres yuntas de bueyes, los pertigueros oscuros y los delanteros blancos con collares de campanillas...El carretero tocaba la guitarra sobre el "pertiguero inseguro" y entre chirridos y barquinazos seguía su huella la carreta sobre las piedras de punta del Macadam...

Haedo fue fundado oficialmente el 11 de noviembre de 1889. Su propulsor principal fue el senador provincial don Cornelio Romero. A su plaza se le dio el nombre de San Martín por ser el 11 de noviembre su fundación. Colijo que su nombre fue por San Martín de Tours, pero no fue entendido así por quienes me consta que pensaron que fuera por San Martín, el gran capitán; y en 1910 levantaron en el centro de la plaza una piramide con el busto del Libertador. No quisimos convencernos de que la plaza llevase el nombre de un santo, tal cual como ocurrió con la calle San Martín de la Capital Federal.

El senador Romero situó la plaza frente a su casa en la calle Chacabuco. Se distribuyo terreno en el frente sur para la Iglesia y comisaría, pero estos edificios no se construyeron entonces por falta de medios. En 1902, habiéndose poblado el barrio de la estación vieja y mudado a este barrio el seņor Romero, con los seņores Crocce, Vila y Gaibisso edificaron la Iglesia en la actual calle Estrada, no sin cabildeos y cuestiones.

El día de la fundación del pueblo se labro un acta y se distribuyeron medallas acuņadas al efecto, donde consta el día de la fundación, que lo fue, a pesar de otras versiones apócrifas e irresponsables, el 11 de noviembre de 1889 para todos los que quieran conocer la verdad. En la urna depositada en los cimientos de la estatua del General San Martín en la Plaza de Haedo hay medallas conmemorativas donde reza esta fecha. Además existen ejemplares de esta medalla entre algunas familias fundadoras.

En 1910, cuando se levanto la pirámide con el busto de San Martín, el Sr. Don Juan Arrabaldegui abrió la urna en presencia de Norberto Devoto, que esto escribe, y de Don Marcelo Pagani. Dentro de la urna se encontraban medallas conmemorativas con la citada fecha y alusión a la fundación. Además monedas de nikel acuņadas el mismo aņo. El acta se había transformado en cenizas.

Todas estas constancias fueron vueltas a la urna, y allí descansan, bajo el monumento de San Martín.

N. DEVOTO

Haedo, 1965

 


D. Waldo Coralizzi, vinculado a Haedo por multiples lazos

 

Contador Waldo Coralizzi

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nacido en Trenque Lauquen, Buenos Aires, en el aņo 1933. Tiene pues, 32 aņos. Su familia se radicó en Haedo en el aņo 1954, vive allí hasta que en el aņo 1957 contrae matrimonio y se traslada a su actual domicilio en Castelar. Cursó estudios comerciales no habiendo terminado la carrera profesional de Ciencias Económicas. Milita en filas de la UCR del Pueblo desde el aņo 1950, habiéndose desempeņado como Secretario del Comité Central de Morón en el aņo 1956. Se especializó en Organización Administrativa. Realizó varios viajes al exterior, pudiendo en el último de ellos en el aņo 1963, hacer estudios en varios centros especializados de EEUU y Canadá sobre automatización administrativa. Ocupó durante varios años un alto cargo ejecutivo en la administración de la compañía nacional de equipos contables. Actualmente forma parte del equipo técnico del Departamento de Mecanización Integral y Electrónica de Olivetti Argentina S. A.


40 aÑos de Haedo
El Dr. Fresco

Es demasiado fácil y demasiado difícil una biografía del Dr. Manuel A. Fresco en pocas líneas. Fácil porque su personalidad es ampliamente conocida en Haedo, donde disfruta de patriarcal prestigio no obstante su combativa y combatida gestión política; y difícil porque es casi imposible, en breve sintesis, aludir a su vigorosa personalidad, de tantas interesantes facetas y que abarca mas de 30 aņos en la política de Morón en forma absorbente, así como muchos

 

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