Busich Escobar, Ismael
Buenos Aires, la gran provincia: 1880-1930


INGENIERO LUIS MONTEVERDE

 

El ingeniero Luis Monteverde nació en la provincia de Buenos Aires y en ella desarrollo toda su actuación pública. Poseía el título de ingeniero civil y en tal carácter tuvo una parte muy principal en la organización de la Universidad de La Plata, ciudad donde residió casi toda su vida. Fue miembro del consejo universitario y ejerció el decanato de la Facultad de Ingeniería. Asimismo, y por varios períodos, fue concejal municipal de La Plata, desempeñando numerosas comisiones de carácter científico y comunal en dicha ciudad. En el orden político, el ingeniero Monteverde fue diputado a la Legislatura de la provincia por el período 1891-1894. En 1896 fue reelecto, y en 1898 pasó a ejercer las funciones de senador provincial por un período que terminó en 1901. Fue intendente municipal de La Plata, cargo que desempeñó con el aplauso del vecindario, no siendo pocas las obras de progreso edilicio que se deben a su acción. Singularizado por su adhesión a los postulados del partido Radical, su nombre fue llevado a las urnas en 1914, como candidato a diputado nacional, siéndole adverso el resultado. Al proclamarse la fórmula para la gobernación de la provincia en 1918, la asamblea partidaria en cuyo seno el ingeniero Monteverde contaba con numerosos votos, hub de consagrarlo para el primer puesto. Se inclinaban por él los elementos netamente provincialistas, que venían en Monteverde al mandatario conocedor de las necesidades del Estado, que había recorrido la provincia, palmo a palmo, trabajando en ella y conquistando entre los vecindarios una popularidad efectiva. Fue necesario realizar más de diez votaciones en esa asamblea hasta que, previas nuevas y definitivas gestiones amistosas entre los asambleístas, se consagró por mayoría la fórmula José Camilo Crotto-Luis Monteverde. Este ejerció así la presidencia del Senado durante los primeros años del período, correspondiéndole completarlo cuando se produjo la renuncia de Crotto.

A los dos años de haber abandonado el gobierno de la provincia, el ingeniero Monteverde fue elegido diputado nacional por el período 1924-1928, falleciendo en el desempeño de esas funciones el 28 de Junio de 1925.


CAPITULO XXIV

Ingeniero Luis Monteverde

1921-1922

Sumario. - Pasa a ejercer las funciones de gobernador, el vice, ingeniero Monteverde. - Un mandato restringido. - Gabinete ministerial solidario. -La preocupación capital: el estado financiero de la provincia. - Reducción de la deuda pública consolidada. - Iniciativas y leyes nuevas. - Mejoramiento de los servicios del Ferrocarril Provincial. - El gobernador en contacto con el pueblo de la provincia. - Entrega del mando.


De acuerdo con el artículo 120 de la Constitución de la provincia, producida la renuncia del doctor Crotto pasó a ejercer las tareas gubernativas el vicegobernador, señor Luis Monteverde. Faltaba un año escaso para la expiración del período legal y aquel precepto establece que el sustituto en el gobierno debe completar el término de cuatro años para el cual son elegidos conjuntamente. Entraba así el señor Monteverde a ejercer el gobierno de la provincia con todas las atribuciones y responsabilidades inherentes al titular, pero por un tiempo breve, que no le permitiría desplegar la actividad organizadora de que se sentía capaz ni desarrollar una labor tan intensa y dinámica como la que correspondería a un gobernante que tiene ante sí un período completo. Todo ello no fue inconveniente para que el gobierno del señor Monteverde se caracterizara por un alto sentido de su responsabilidad, por un inteligente manejo de las finanzas públicas y por una hábil política administrativa que le permitió llegar al término de su breve actuación rodeado de simpatías generales, no sólo entre la masa de sus correligionarios, que supo unir y estimular en la acción política, sino también entre fuertes núcleos de la oposición que hubieron de reconocer su acción ponderada e imparcial al frente de los destinos de la provincia.

Recibido del mando el mismo día que se produjo la renuncia del doctor Crotto y su aceptación por la Legislatura, el señor Monteverde tuvo desde el primer momento un eficaz colaborador en el oficial mayor de Gobierno, don Pedro A. Cavello, quien refrendó los actos iniciales del nuevo gobernador. Algunos días después éste constituía su ministerio en la siguiente forma:

 

Ministro de Gobierno, doctor Obdulio F. Siri.
        “         Hacienda, señor Manuel L. del Carril.
        “         O. Públicas, ingeniero Juan B. Rivera.

Estos ministros acompañaron al señor Monteverde hasta el final de su actuación gubernativa.

El señor Monteverde llegaba al gobierno con una noción clara de sus deberes y responsabilidades. Comprendía que el tiempo que iba a ejercer le era insuficiente para desarrollar un vasto plan de labor y así lo recordaba cuando al expirar el año esbozaba ante la Legislatura el resultado de su labor:

 

“Durante un año escaso -dijo entonces -he ejercitado la función ejecutiva en la provincia. En ese término debí aprestarme a cumplir los juramentos que un día empeñara ante la masa ciudadana, en la ocasión de aceptar las responsabilidades que me impuso un partido político. El gobierno vino a mí, sin que me fuera posible oponer beneficios de inventario. Desde entonces me apliqué a servir intensamente los destinos de Buenos Aires.”

Más adelante, trazando el cuadro de las dificultades que se opusieron a su gestión, añadía:

 

“Grandes tropiezos se ofrecieron a mi paso. El bienestar de la opulenta provincia se vio comprometido por alternativas económicas que acaso nadie pudo remediar. Goberné, además, sin presupuesto. Tampoco recibí leyes oportunas que me permitiesen concurrir holgadamente a la solución de muchos conflictos de interés colectivo.”

Fue, efectivamente, el estado financiero de la provincia, la preocupación fundamental de la gestión gubernativa del señor Monteverde. Al mes de estar en funciones, con fecha 22 de junio de 1921, sometió a la consideración de la Legislatura varios proyectos de ley que tendían a fortificar la situación económica en general de la provincia, pero las Cámaras, absorbidas por otras cuestiones, no los consideraron.

 

“Sin una ley reglamentaria de los gastos -dijo el señor Monteverde en el citado mensaje-; sin un sistema tributario que consultase con prudencia las alternativas del Estado y sin los recursos que son indispensables para atender los compromisos contraídos, la provincia vio llegar muchas veces horas de incertidumbre, en las que fue necesario proceder, sin otra pauta, que la extremadamente cautelosa de los principios elementales que orientan la legislación en vigencia. Sólo así han podido atenderse las obligaciones pendientes, en cada uno, de cuyos vencimientos se jugaba el crédito y el prestigio de la provincia. y se ha podido también hacer frente a las exigencias del servicio administrativo, dentro de las necesidades crecientes del Estado.”

En esa forma la deuda pública consolidada de la provincia había sido reducida al 1° de enero de 1922 a pesos 280.302.204.95 moneda nacional, teniendo el señor Monteverde la satisfacción de decir que, a pesar de las grandes dificultades que le salieron al paso, el gobierno supo mantener el crédito de la provincia, así en el exterior como en el interior.

En el orden administrativo, el gobernador Monteverde tuvo algunas iniciativas laudables. Proyectó una nueva ley orgánica de las municipalidades, pues la comuna, como elemento substancial del régimen político, fue para él motivo de preocupación constante. “La encontré perturbada en su funcionamiento -dijo -y por todos los recursos quise restituirla a su regularidad originaria.” Fue escrupuloso en sus relaciones con el poder judicial, cubriendo los claros que se producían en el mismo por riguroso ascenso. Administró con prudencia la enseñanza pública, logrando que aumentara considerablemente el número de niños escolares, que fue de 302.745 durante el año 1921. Persiguiendo siempre el incesante mejoramiento de las instituciones oficiales, dictó nuevas reglamentaciones para inscribir en los registros del Estado las trasmisiones de dominio y para organizar el depósito de publicaciones oficiales y también el Registro Oficial; proveyó de una adecuada reglamentación a la Defensoría de Menores; instituyó el Museo de Bellas Artes de la Provincia, nombrando para dirigirlo una comisión de personas competentes y creando dentro de él una sección destinada para conservar todo lo que se refiera a La Plata desde su fundación; proyectó la creación del sanatorio de montaña y el instituto del radio; estudió y licitó la construcción de un canal aliviador del Salado, de gran importancia para la extensa zona por que atraviesa. Propulsó también el mejoramiento administrativo del Ferrocarril a Meridiano V, que el año 1920 cerraba su ejercicio con un déficit de $ 400.195.98 y que en 1921 lo reducía a $ 41.461.51 para concluir el primer trimestre de 1922 con un superavit muy próximo a los 200.000 pesos, a lo que contribuyó también el descenso de los precios del combustible.

En su corto gobierno, el señor Monteverde tuvo, asimismo, tiempo para recorrer el territorio de la provincia en provechosas jiras de inspección y observación de las necesidades de los vecindarios, coronando esas excursiones con la visita hecha a Carmen de Patagones, en la que le tocó presidir los festejos organizados con motivo de la inauguración del ramal del ferrocarril del Sud desde la estación Stroeder a aquella lejana localidad bonaerense que hasta entonces estaba, puede decirse, desvinculada y aislada del resto de la provincia.

El señor Monteverde dio término a su gobierno el 1° de mayo de 1922, día en que se efectuó la transmisión del mando al nuevo gobernador, señor José Luis Cantilo.

 

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 ©  Carlos Gustavo Maldonado
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