Busich Escobar, Ismael
Buenos Aires, la gran provincia: 1880-1930
D. JOSÉ LUIS CANTILO
Nació en Buenos Aires el 6 de Febrero de 1871, siendo sus padres
el doctor José María Cantilo y doña Magdalena Ortiz Basualdo.
Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en la Ècole
Monge de París. Como su padre y como su abuelo, fue periodista desde
muy joven, iniciándose en “El Diario” de Láinez,
donde colaboró por espacio de muchos años, hasta alcanzar, dentro
de la casa, las más altas posiciones.
Compartió sus tareas periodísticas con la docencia, siendo
profesor de Historia en el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Escuela Nacional
de Comercio y el1nstituto Libre de Enseñanza Secundaria.
Fundó y sostuvo, durante algún tiempo, tres revistas ilustradas
de importancia en su época, y en las cuales colaboraron destacados
escritores: “Buenos Aires llustrado”, “La Revista Moderna”
y “Letras y Colores” .Escribió profusamente en diarios
y revistas. Uno de sus libros juveniles "Quimera” (boceto de costumbres)
mereció favorable acogida. Publicó trabajos históricos,
tales como “El Escudo de Armas de Buenos Aires”, en cuyo estudio
reveló el origen de dichas armas; “El General Las Heras y la
Campaña de Chile”; “La herida de Rosas”, y, por último,
el libro "Don Juan de Garay”, destinado a promover un movimiento
de opinión en favor de la estatua del conquistador. Formó parte
de la redacción de “El Argentino” en 1894 y 1895, y fue
elegido por la Unión Cívica Radical, diputado a la Legislatura
de la provincia de Buenos Aires. Reelecto en 1898, renunció su banca.
Tuvo parte activa en la revolución del 4 de febrero
de 1905 y en 1908 fue elegido presidente del Comité de la capital y miembro
del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. En 1912,
al abrirse los comicios bajo la garantía de la ley Sáenz Peña,
fue elegido diputado nacional por la capital.
En 1915 fundó “La Época”, órgano oficial
de la Unión Cívica Radical hasta el presente.
En 1916 fue reelecto diputado al Congreso nacional, cargo
que renunció en 1917 para aceptar el de interventor nacional en la provincia
de Buenos Aires.
En 1919 el presidente Irigoyen le propuso al Senado para intendente municipal
de la capital, cargo que desempeñó durante 2 años.
En 1922 asumió el Gobierno de Buenos Aires, y a la
terminación del mismo se consagró intensamente a las tareas rurales,
fundando el Instituto Biológico en su establecimiento de campo de Sancti
Spíritu. Cuando el doctor Irigoyen subió, por segunda vez, la
presidencia de la República, confió al señor Cantilo el
gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que ejerció con el beneplácito
de amigos y adversarios políticos hasta que la revolución del
6 de Septiembre lo obligó a alejarse de toda actuación pública.
CAPITULO XXII
D. Jose Luis Cantilo
Interventor Nacional
1917-1918
Sumario. - Buenos Aires, reducto del “viejo régimen” .-
Impaciencia del radicalismo triunfante. - El señor Cantilo nombrado
Interventor Federal en Buenos Aires. - Propósitos que lo animaron.
- Los colaboradores. - Un cambio fundamental en la administración.
-Caducidad total de poderes. - Estado de las Comunas bonaerenses. - La policía
provincial y su renovación. - Finanzas públicas. - Su verdadero
estado. -Economías. - La tierra fiscal. - El Interventor Cantilo en
contacto con el pueblo de la provincia. - La renovación de poderes.
- Elecciones generales. - Pensamiento político del Interventor. - Resultados
de los comicios. - Instalación del nuevo gobierno. - Alejamiento del
señor Cantilo.
La intervención en la provincia de Buenos Aires en 1917 fue uno de
los primeros y más sonados acontecimientos políticos de la presidencia
del doctor Hipólito Irigoyen. Para la exaltada ambición de los
novicios triunfadores en el orden nacional, Buenos Aires aparecía como
el reducto de los partidos del viejo régimen, el centro de irradiación
que aun les quedaba para las tentativas electorales no sólo del litoral
sino también de las provincias interiores. Ya hemos dicho que la intervención
del nuevo gobierno federal en ella se descontaba de antemano, como una consecuencia
lógica de los postulados radicales y de la nueva orientación
gubernamental, y fuerza es reconocer también que el Presidente dilató
con prudencia el momento de llevar a efecto una medida tan extrema. Buscaba,
sin duda, conciliar las exigencias partidarias con las del interés
público, de manera de no alterar profundamente el ritmo de la vida
bonaerense. Mientras tanto, buscó entre los hombres de su partido aquel
cuya ponderación, rectitud y energía fueran garantía
de una actuación eficaz al frente del gobierno provisorio de la provincia
y nombró en consecuencia al señor José Luis Cantilo,
figura radical descollante en el parlamento, en la política y en las
letras.
El interventor Cantilo tomó posesión del gobierno de la provincia
el 25 de abril de 1917, coincidiendo su arribo a La Plata con el alejamiento
del gobernador Ugarte. Un año justo duró esta intervención
que, al decir del mismo señor Cantilo, no fue la limitada tarea de
una ingerencia ocasional de carácter político, sino el gobierno
del Estado, la libertad plenamente garantizada, la reconstrucción administrativa,
la regularización de los servicios públicos, el progreso traducido
en múltiples iniciativas, el orden en los gastos, la reparación
de censurables desmanes, el comicio limpio y libre, y, finalmente, el bienestar
y la tranquilidad generales, como resultantes de una acción perseverante
y firme, cumplida severamente, armónica con el mandato recibido y la
finalidad propuesta.
Supo el señor Cantilo rodearse de colaboradores calificados, y así
vemos que el mismo día de la asunción del mando designó
sus ministros secretarios en fa siguiente forma:
Gobierno: doctor Andrés Ferreyra (hijo).
Hacienda: doctor José Osvaldo Casás.
Obras Públicas: señor Alberto de Bary.
Estos colaboradores acompañaron al interventor hasta el término
de su mandato, a excepción del doctor Ferreyra, que proclamado candidato
a diputado nacional en la capital federal declinó el cargo de ministro
en febrero de 1918, encargándose de esa secretaría el doctor
Casás.
No hay ejemplo en la moderna historia política de la provincia de
Buenos Aires, de un cambio tan fundamental y completo en su estructura administrativa
y orgánica como el que se operó con la intervención Cantilo.
Fue una revisión total de los valores provinciales, una racha poderosa
que desvaneció viejos prestigios, que desmoronó consentidas
prepotencias de caudillos, alejó de la arena elementos otrora poderosos,
hizo surgir otros nuevos conjuntamente con una floración de renovados
ideales políticos y aspiraciones colectivas que desgraciadamente se
marchitaron a su vez, sin consecuencias favorables .El señor Cantilo
supo colocarse a la altura de una innovación tan trascendente en la
vida del primer Estado argentino, y presidió ese momento evolutivo
con discreta imparcialidad, contrayéndose estoicamente a una labor
intensa en la que fue secundado por sus colaboradores.
Caducadas las cámaras legislativas y las municipalidades, uno de sus
primeros cuidados fue la designación de autoridades provisorias en
las comunas, muchas de las cuales atravesaban por situaciones angustiosas
en sus finanzas y en la organización de sus servicios públicos.
En el momento de ser intervenida la provincia, había 34 municipalidades
a las que se les había embargado los porcentajes que iban a corresponderles
en los impuestos fiscales; 46 municipalidades habían omitido atender
los servicios de cárceles, policía o registro civil; 14 municipalidades
habían afectado sus rentas, en la parte de impuestos fiscales para
el cumplimiento de contratos; en algunas localidades, como Bartolomé
Mitre, Esteban Echeverría, Pergamino, Rauch, San Martín y Vicente
López, se había suspendido el servicio de alumbrado público;
por distintos conceptos pesaban deudas sobre comunas tan importantes como
Campana, Chacabuco, Mercedes, Nueve de Julio, Tres Arroyos, San Nicolás,
etc., con pagarés protestados o renovados o sin fondos, para su cancelación
y, finalmente, varias eran también las comunas que estaban ejecutadas
ante los tribunales de justicia por cobros diversos, algunas de ellas con
varios juicios y propiedades embargadas. Tal era el cuadro del gobierno comunal
que tuvo ante sí el interventor en los comienzos de su gestión
y que en el transcurso de un año fue normalizado en gran parte.
Simultáneamente con la reorganización de las municipalidades,
el interventor Cantilo llevó a cabo la renovación total de la
policía de la provincia. Hubo cesantías, reemplazos y medidas
más severas aun, dentro del vasto personal. Fue disuelto el cuerpo
denominado “Guardianes de Cárceles”, que era una verdadera
unidad militar, y con la tropa que lo componía se reforzó el
batallón de Bomberos. Así reorganizada la policía provincial,
pudieron afrontarse algunos conflictos obreros que en un principio amenazaron
con la violencia, como los que se produjeron en los frigoríficos de
Zárate, Berisso, Avellaneda y Bahía Blanca; el movimiento de
los agrarios de Ramallo y varios otros movimientos parciales.
La situación económica-financiera de la provincia no era por
cierto lisonjera, ni podía serlo dada la conmoción general que
afectaba a toda la nación, como una consecuencia de la crisis mundial.
El interventor, a quien le preocupó desde un principio el estado de
las finanzas públicas, a poco de asumir el mando dio un decreto designando
una comisión de técnicos para que efectuaran un recuento general
de valores, un estudio de los recursos ordinarios, extraordinarios y especiales
del presupuesto provincial, la determinación de los bienes que constituían
el patrimonio de la provincia, el detalle de las distintas deudas y todo cuanto
tuviera atingencia con el estado económico general de la provincia.
De las conclusiones de ese informe se dedujo que el gobierno anterior en el
primer cuatrimestre del ejercicio ya había hecho uso de una gran parte
de las rentas generales, y que en cuanto a la suma de $ 6.715.642.63 que existía
en la Tesorería Provincial al producirse la intervención, 800.000
pesos eran títulos que tenían su aplicación fijada por
la ley, y el resto estaba igualmente afectado al pago de las planillas de
la administración por el mes de abril y a otras obligaciones pendientes
que fue menester atender en el mes de mayo.
En posesión de tales antecedentes e informes, la Intervención
se propuso realizar una administración estricta de las finanzas públicas,
introduciendo importantes economías, reorganizando el contralor y la
percepción de la renta y adoptando todas aquellas medidas conducentes
a la normalización económica del Estado.
Al cierre del ejercicio pasó un apreciable saldo al nuevo, cubiertos
los gastos del presupuesto, de las leyes especiales en ejecución, los
extraordinarios e imprevistos que surgieron en su curso, y a los cuales hubo
que hacer frente con la premura que cada caso requería.
También se propuso la Intervención conservar íntegramente
los bienes de la provincia, especialmente la tierra fiscal, suspendiendo al
efecto varios decretos de remate público de dichas tierras dictados
por el anterior Poder Ejecutivo, con la declaración de que dicha enajenación
sería perjudicial para el patrimonio de la provincia.
Otros actos importantes de esta intervención fueron el mejoramiento
de la vialidad en toda la provincia, no sólo por la acción directa
de las reparticiones técnicas, sino por intermedio de los comisionados
en las comunas, y por comisiones de vecinos de cada partido solicitados al
efecto, que contribuyeron en distintas formas a la obra general ; la fundación
del Museo Colonial Histórico de Luján, promovida por el entonces
comisionado municipal en ese partido, don Domingo Fernández Beschtedt,
y que, es hoy una institución importante en su género; la creación
de bibliotecas infantiles en gran número de escuelas provinciales;
la ampliación de la obra de la comisión distribuidora de semillas
a los colonos del sur de la provincia, etc.
En el transcurso del año de su actuación como interventor,
el señor Cantilo recorrió constantemente la provincia con objeto
de conocer el estado de las comunas y estudiar sus necesidades más
urgentes.
Llegada la hora de reconstituir nuevamente los poderes de la provincia, el
señor Cantilo convocó al electorado con fecha 1° de febrero
de 1918, para el primer domingo de marzo, y dada la trascendencia del acto
-pues se elegirían electores de gobernador y vice, senadores y diputados
provinciales en su totalidad, y diputados nacionales -, el Interventor juzgó
necesario hacer llegar al pueblo su pensamiento lanzando al efecto un manifiesto
en el que exponía los antecedentes de la situación provincial
e incitaba a los ciudadanos a concurrir al comicio, agregando:
“Tienen las elecciones del 3 de marzo, el significado de un acontecimiento
histórico. Vuelve la provincia de Buenos Aires a la normalidad institucional,
después de un largo período, en el cual fueron detentados
sus poderes y coartadas sus libertades.
Podrá la apasionada exageración deformar sucesos o intenciones,
nada modificará ni la rigidez del mandato recibido, ni la firmeza
del propósito que impulsa la campaña electoral, desenvuelta
con prescindencia absoluta de las autoridades.
Vivificada nuestra democracia por el voto; consciente el pueblo
de la fuerza de su acción; convencido, al fin, de que no habrá
estratagema capaz de torcer su voluntad, la propaganda pública debía
desenvolverse y se desenvuelve, felizmente, dentro de la normalidad y el orden.
Al retraimiento y la desconfianza sucede la actuación vigorosa de
la opinión, destinada a mejorar y perfeccionar las instituciones
y a proscribir para siempre la usurpación y el delito.
Colocado el Interventor Nacional arriba de todas las incidencias de la
contienda; sereno y ecuánime, como corresponde a su investidura ya
la trascendencia de la misión que le ha sido confiada, se dirige
al electorado, para señalar, una vez más, las responsabilidades
contraídas en esta hora memorable.
El veredicto que proclamen las elecciones próximas, importará
el triunfo de una gran causa nacional, y con ella el afianzamiento de nobilísimos
ideales.”
Realizados los comicios, triunfó ampliamente el partido Radical, que
obtuvo la mayoría de los diputados nacionales, de los electores de
gobernador y de los legisladores provinciales. El número de sufragios
obtenido por las tres agrupaciones políticas que concurrieron a los
comicios de gobernador y vice fue el siguiente:
Partidos |
votos |
Radicales |
114.158 |
Conservadores |
67.963 |
Socialistas |
6.968 |
Como complemento indispensable de esta elección se realizaron las
de las municipalidades el 14 de abril, triunfando en casi todas ellas los
radicales.
Constituido el Colegio Electoral de la provincia, triunfante la fórmula
que integraban el doctor José Camilo Crotto para gobernador y don Luis
Monteverde para vice, instaladas ambas cámaras de la Legislatura provincial,
el Interventor Cantilo entregó el gobierno de la provincia el 1°
de mayo, alejándose de La Plata con la satisfacción de haber
dado feliz término a su misión.
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