Busich Escobar, Ismael
Buenos Aires, la gran provincia: 1880-1930
DON NEREO CROVETTO
El ciudadano que sucedió al doctor Vergara en el gobierno de la provincia
de Buenos Aires, era oriundo de la misma y en ella había desenvuelto
siempre sus actividades públicas y privadas. Más que un hombre
político, el señor: Nereo Crovetto era, por su actuación
anterior, un pionner del trabajo agropecuario, representante genuino de la vida
bonaerense en sus fases más productivas y características, de
una modalidad que ha tenido ya en el gobierno de la gran provincia exponentes
tan preclaros como don Mariano Acosta y don Carlos Casares, bajo cuyas administraciones
se registraron innegables adelantos de orden material.
Perteneció desde joven, el señor Crovetto, a la agrupación
política que lo llevó al gobierno. Se incorporó a la Unión
Cívica, en sus difíciles comienzos, en 1889 y permaneció
fiel a sus postulados, viviendo horas de incertidumbre junto a sus amigos, en
épocas aciagas, sin esquivar la contribución de su esfuerzo personal
cuando fué necesario afrontar la lucha abierta por el mejoramiento democrático.
Vinculado por una larga vida de trabajo al pueblo de Balcarce, allí
ejerció funciones municipales durante algún tiempo, y allí
fué a buscarlo el presidente Irigoyen, en 1921, para designarlo presidente
del Banco Hipotecario Nacional. Larga fué su actuación en ese
poderoso organismo donde, una vez cumplido el período de ley, y tras
un breve intervalo fué reelecto, debiendo interrumpir su gestión
para asumir el gobierno de la provincia en Mayo de 1930.
CAPITULO XXVII
1930
Sumario. -La candidatura del señor Crovetto en la Convención
del radicalismo irigoyenista. -Influencia decisiva del Presidente Irigoyen.
-Resultados numéricos de la elección. -El avance del partido Conservador.
-Un gobernante sin programa. -El ministerio. -Acción administrativa nula.
-Retirada silenciosa.
El señor Nereo Crovetto llegó al gobierno de Buenos Aires bajo
los auspicios de una situación política que parecía finnemente
consolidada en el orden nacional, a poco más de un año de ejercer
por segunda vez la presidencia de la Nación el doctor Hipólito
Irigoyen, de cuyos ideales partidarios era uno de los más fieles intérpretes,
y con la perspectiva de cumplir integramente su mandato dentro de la etapa presidencial
recién iniciada.
La proclamación del señor Crovetto, corno candidato del radicalismo
irigoyenista, se llevó acabo en La Plata el 13 de noviembre de 1929.
La convención partidaria, indecisa en sus primeras reuniones, giró
en torno de otras personalidades cuyos nombres polarizaban voluntades y ponían
de manifiesto los distintos matices que entraban en la composición de
esa asamblea .En determinados momentos la opinión pareció flotar
entre los nombres de los señores Juan Garralda, diputado al Congreso
a la sazón, Francisco Ratto, ministro de Hacienda del gobernador Vergara,
y Francisco Emparanza, legislador nacional y presidente de la Unión Cívica
Radical de la provincia. Finalmente todas las aspiraciones coincidieron en un
solo aorn:bre, sugerido por “las altas autoridades partidarias”,
según era costumbre denominar la voluntad superior del Presidente Irigoyen
-, el del señar Nereo Crovetto, que fué consagrado por 77 votos
sobre un total de 80 convencionales. En idénticas condiciones quedó
electo el candidato a vicegobernador, que lo fué el señor Juan
Garralda.
Resuelto a concurrir a los comicios, el partido Conservador, que se sabía
fuerte y homogéneo, proclamó a su vez candidato a gobernador al
doctor Antonio Santamarina, y para vice, al doctor Edgardo J. Miguez.
El partido Socialista quiso terciar, como siempre, en la contienda, y acordó
votar por el binomio que sostuviera en la anterior renovación: doctor
Nicolás Repello para gobernador y José M. Lemos para vice. Las
elecciones se llevaron a cabo el l.° de diciembre, señalándose
una extraordinaria concurrencia de votantes y un saludable entusiasmo partidario.
Efectuado el escrutinio un mes después de la elección, como lo
dispone la ley, se obtuvieron las siguientes cifras :
Unión Cívica Radical. 178.274
votos
Partido Conservador 125.138
"
Partido Socialista
20.721 "
En blanco
8.057 "
El señor Crovetto resultó, en consecuencia, ungido gobernador
de Buenos Aires por la más alta suma de sufragios que hasta entonces
se conociera en elecciones de esa naturaleza. Pero es bueno señalar también
el hecho, bien signjficativo, de que nunca la oposición al radicalismo
había movilizado tan gran cantidad de votantes como la que rodeó
en los comicios de 1929 al partido Conservador, cifra que se acentuaría
luego en sucesivas elecciones nacionales y municipales, antes de que hubieran
transcurrido tres meses de la elección de gobernador. De todos modos
estaban justificadas estas palabras con que el gobernador saliente saludó
a su sucesor al transmitirle el mando: “En comicios irreprochables, libres
de excesos y violencias y en franca y sincera lucha, ha triunfado por cerca
de 60.000 votos el partido mayoritario, lo que interpreto como una ratificación
pública al gobierno que he presidido y que se ha caracterizado por el
respeto a todas las opiniones, ya fueran sustentadas por el partido gobernante,
ya por los sectores de la oposición, siempre indispensable para consolidar
el equilibrio político” .Lo evidente era que, al final de su período,
el gobernador Vergara no contaba con el beneplácito del círculo
presidencial, y sus palabras parecían encaminadas a demostrar que mientras
él merecía la ratificación de la confianza del electorado,
en una elección posterior, de carácter nacional, realizada en
la provincia, las urnas habían arrojado cifras mucho más favorables
a la oposición.
Con las formalidades de la ley, el señor Crovetto prestó juramento
ante la asamblea legislativa el 1.° de mayo de 1930, recibiendo luego del
señor Vergara las insignias del gobierno sin que hasta ese momento hubiera
revelado los propósitos que iban a orientar sus actos de gobernante,
y guardando asimismo un silencio absoluto en tan solemne acto.
Dió un decreto el mismo 1.° de mayo organizando su gabinete en la siguiente
forma :
Ministro de Gobierno, doctor Luis Rodríguez lrigoyen.
Ministro de Hacienda, don Manuel del Carril.
Ministro de Obras Públicas, ingeniero Pedro T. Pagés.
Cuatro meses escasos duró la acción de este gobierno, sin que
en ese transcurso se registrara hecho alguno digno de mención en el orden
administrativo. Gobierno netamente político, estaba supeditado en forma
absoluta al P.E. nacional, a punto tal que todas las actividades de sus componentes
-el gobernador y los ministros - giraban en torno a la voluntad omnímoda
del Presidente de la República.
La revolución democrática del 6 de septiembre puso término
a una situación que ya empezaban a repudiar los mismos ciudadanos que
habían contribuído a formarla, y el señor Crovetto y sus
ministros se retiraron del gobierno sin formular declaración ni renuncia
alguna, observando el mismo discreto silencio con que ocuparon sus cargos cuatro
meses atrás.
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